viernes, 3 de julio de 2009


El vino es una bebida que despierta el buen gusto y admiración, inspirador de una cultura propia: la ciencia del vino. La enología es el conocimiento detallado de cada paso, de cada etapa de lo que va pasando mientras la uva se transforma en chicha y luego en vino, y se añeja y se degusta.

No es en vano el gusto por un buen vino y no es para nada un gusto superfluo pues, reconocido por la medicina de antaño y la actual el vino, no es sólo bueno para el paladar; el vino tiene propiedades saludables y nutritivas que mejoran la salud y previenen de nuevas enfermedades al organismo que lo recibe.

Y de todos los tipos de vinos, el más benefactor es el vino tinto por la sencilla razón de poseer en el tinte, sustancias terapéuticas que ayudan a vivir más. La diferencia entre un vino tinto y un vino clarete o un vino rosado radica en el tiempo que se deja la cáscara en contacto con el mosto. Cuando es la cosecha de las uvas, las tintas como Tannat, Cabernet Sauvignon y Merlot se pueden destinar a la elaboración de vinos tintos o vinos rosados y si se va a elaborar vino tinto, la cáscara se deja en contacto con el mosto mientras ocurre la fermentación. A consecuencia, sustancias químicas presentes en la cáscara de la uva quedan en el vino y no en el orujo (residuo de cáscaras y semillas que queda luego de la fermentación)

Las sustancias tan benefactoras que posee el vino tinto son:

- El Mn (Manganeso) y las vitaminas del complejo B le otorgan propiedades antialérgicas.

- El tanino, sustancia astringente que actúa como estimulante del movimiento peristáltico intestinal evitando constipaciones.

- Los antocianos son reguladores de glucosa en sangre contribuyendo a prevenir el desarrollo de diabetes mellitus de tipo 2 y previniendo la obesidad debido a que posee efecto inhibitorio sobre la acumulación de grasas en los adipositos maduros. Las antocianinas son pigmentos de color rojo y se encuentran presentes en las uvas rojas y el vino tinto así como las frambuesas y el tomate.

- El alcohol, en una proporción justa, es el que dota al vino tinto de sus propiedades antisépticas reduciendo la posibilidad de infecciones en la mucosa bucal y garganta.

- Los polifenoles son antioxidantes y actúan reduciendo la oxidación de endotelina. Esto trae como beneficio la prevención de accidentes cardiovasculares y cerebrales. Aparentemente la mejor variedad de vino tinto para ser ingerido por sus beneficios coronarios es la Cabernet Sauvignon.

- El vino tinto tiene propiedades digestivas y nutritivas: Posee sustancias que estimulan la secreción de jugos gástricos favoreciendo la digestión de alimentos más pesados o grasosos.

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