Últimamente se ha popularizado la costumbre de referirse al “colesterol bueno” y al “colesterol malo”, lo que ha traído cierta confusión al respecto. Por un lado, es conveniente aclarar que existe un solo tipo de colesterol, y en sí no es ni bueno ni malo.
No existen distintas moléculas de colesterol, como algunas personas suponen por lo de “bueno” y “malo”, sino una sola. Sin embargo, como sucede con cualquier otra sustancia dentro de un organismo, la falta o la sobreabundancia de ella puede ser perjudicial. De aquí surge que ciertos niveles sanguíneos de colesterol son considerados buenos, normales o sanos, mientras que el exceso, principal problema en la actualidad, es malo o potencialmente peligroso para la salud.
El colesterol es transportado en la sangre por unas moléculas llamadas lipoproteínas LDL y HDL, las que frecuentemente son nombradas en los análisis clínicos. Para entender la importancia de estas lipoproteínas, veamos cómo funcionan. En el hígado se sintetiza y se destruye el 90% del colesterol que se utiliza en el organismo. El colesterol producido en el hígado es transportado hacia el resto del cuerpo por la lipoproteína LDL, la que lleva las moléculas de colesterol y las reparte a los tejidos periféricos que las necesitan. En cambio, la lipoproteína HDL tiene la función contraria, ya que recoge las moléculas de colesterol de la sangre y de los tejidos y las lleva hacia el hígado para que sean metabolizadas.
Si se pensara al hígado como una gran fábrica, la LDL sería como una lancha que sale cargada de colesterol y lo va repartiendo a lo largo de su camino, mientras que la HDL sería como una lancha que parte vacía del hígado, va recogiendo el colesterol, y lo trae de vuelta a la fábrica para su destrucción. Por eso se dice que el colesterol-LDL (colesterol transportado por la lipoproteína LDL) es “malo”, porque indica que se está produciendo en mayor cantidad y se está depositando en las arterias. Al contrario, cuando el colesterol-HDL predomina, significa que el organismo está destruyendo más de lo que produce y está limpiando a las arterias del exceso de colesterol; por eso, al colesterol-HDL (colesterol transportado por la lipoproteína HDL) se le suele llamar colesterol “bueno”.
No existen distintas moléculas de colesterol, como algunas personas suponen por lo de “bueno” y “malo”, sino una sola. Sin embargo, como sucede con cualquier otra sustancia dentro de un organismo, la falta o la sobreabundancia de ella puede ser perjudicial. De aquí surge que ciertos niveles sanguíneos de colesterol son considerados buenos, normales o sanos, mientras que el exceso, principal problema en la actualidad, es malo o potencialmente peligroso para la salud.
El colesterol es transportado en la sangre por unas moléculas llamadas lipoproteínas LDL y HDL, las que frecuentemente son nombradas en los análisis clínicos. Para entender la importancia de estas lipoproteínas, veamos cómo funcionan. En el hígado se sintetiza y se destruye el 90% del colesterol que se utiliza en el organismo. El colesterol producido en el hígado es transportado hacia el resto del cuerpo por la lipoproteína LDL, la que lleva las moléculas de colesterol y las reparte a los tejidos periféricos que las necesitan. En cambio, la lipoproteína HDL tiene la función contraria, ya que recoge las moléculas de colesterol de la sangre y de los tejidos y las lleva hacia el hígado para que sean metabolizadas.
Si se pensara al hígado como una gran fábrica, la LDL sería como una lancha que sale cargada de colesterol y lo va repartiendo a lo largo de su camino, mientras que la HDL sería como una lancha que parte vacía del hígado, va recogiendo el colesterol, y lo trae de vuelta a la fábrica para su destrucción. Por eso se dice que el colesterol-LDL (colesterol transportado por la lipoproteína LDL) es “malo”, porque indica que se está produciendo en mayor cantidad y se está depositando en las arterias. Al contrario, cuando el colesterol-HDL predomina, significa que el organismo está destruyendo más de lo que produce y está limpiando a las arterias del exceso de colesterol; por eso, al colesterol-HDL (colesterol transportado por la lipoproteína HDL) se le suele llamar colesterol “bueno”.
0 comentarios:
Publicar un comentario