En los recién nacidos pueden verse a menudo manchas en la piel de diveantojorsas formas, que normalmente son debidas a lesiones vasculares o a proliferaciones de las células que envuelven a los capilares. Normalmente estas lesiones se conocen como
“antojos”, y a muchos de ellos se les asignan formas comestibles como fresas, cerezas, etc. A pesar de que la ciencia avanza día a día, muchas personas aún creen que el feto puede quedar marcado con representaciones de alimentos que hayan deseado durante el embarazo y que no hayan podido consumir.
Hasta hace unos cuantos años, existía la teoría de la “impresión materna”, por la que se creía que el feto podía quedar marcado con representaciones de los estímulos visuales, las emociones o los objetos de deseo o repulsión de la madre. Por ejemplo, en Esparta se recomendaba a las embarazadas contemplar estatuas de héroes u objetos de gran belleza para que sus niños nacieran agraciados, y se recomendaba evitar visiones o pensamientos que pudieran afectar el desarrollo del feto.
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